EL DEDO

Antes de una tragedia, las autoridades deben saber que las playas de San Carlos son un desorden.

Sí, como si no hubiera reglas dispuestas por el Gobierno Municipal y como si no existiera alguien para aplicarlas ni desgracias en las que se han perdido vidas y dañado a especies naturales.

Es el caso de los vehículos de todo tipo en circulación por los principales balnearios abarrotados de niños, parejas y familias reunidas para disfrutar de las bondades de este destino.

Tan solo el fin de semana pasado se reportaron un total de 21 carros, motocicletas y razer en playas como San Francisco y La Manga, a pesar de que desde el inicio de esta administración se prohibió el acceso de unidades motrices luego de dos accidentes y la afectación a lugares de reproducción de tortugas y, cosa rara, cuando recién llegó este gobierno sí se cumplió con las reglas porque se fortaleció la vigilancia en los lugares de más concentración de personas.

Ahora, el comisario Neil Lozano no ha trabajado en coordinación con la Policía Municipal para cuidar los balnearios y las consecuencias son el desorden y el riesgo que se puede evitar si se aplican como ya lo hicieron en veranos pasados y en otros períodos de vacaciones.

A unas horas de que aumente el flujo de turistas, el comisario tiene tiempo para corregir sus errores y Seguridad Pública Municipal también, solo requieren de un mínimo esfuerzo para sacar a los vehículos de los lugares prohibidos y no esperar a que la Secretaría de Marina les haga todo el trabajo porque la labor municipal está clara y hoy más que nunca hay que procurar el orden para brindar mejores servicios, con seguridad y protección para vacacionistas.