EL DEDO

Si hay una obra prioritaria en la región Guaymas Empalme es el hospital de especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Y si no lo creen así las autoridades con todo y la estadística de aumento en derechohabientes y reducción de personal médico, basta conocer la sobrecarga laboral de la Unidad Médica de Alta Especialidad en ciudad Obregón para valorar la excesiva demanda en todos los estados que se atienden en ese recinto considerado uno de los mejores de Latinoamérica.

Tan solo para Guaymas y Empalme, las consultas en psicología se suspendieron hasta el 23 de diciembre, el servicio de Holter también y así en todas las áreas siendo la de urología la más dramática.

Pacientes con cáncer no pueden ser trasladados para quimioterapia porque no hay camas y cuando se desocupa una existe una larga lista de espera con enfermos cuya vida depende de esos tratamientos.

Encima, para este año se ha agotado el presupuesto para medicamentos, por lo tanto, los próximos meses serán todavía más complicados en abasto de recetas cotidianas.

Y en medio de esa tragedia diaria para miles de familias está la promesa del gobierno municipal, estatal, federal y del poder legislativo de construir ese hospital que sería la solución a problemas de vida o muerte a derechohabientes que parece no importarles a quienes toman decisiones, realizan gestiones o promueven leyes tal vez importantes para el desarrollo de la región, pero nunca tan urgentes como los servicios de salud.

Para gobernantes, diputados y directivos del IMSS solo un mensaje de la derechohabiencia de Guaymas y Empalme: en estos momentos no hay obra más importante que el hospital de especialidades que prometieron porque el servicio está colapsado, la vida de miles de enfermos está en riesgo y también la estabilidad de personal médico que no puede dar atención de calidad por el exceso de trabajo. Antes de que la situación se torne más dramática, vale más que se retome el proyecto que va a representar una esperanza de vida y de servicios dignos.