EDITORIAL

Con el reto de superar el operativo del año pasado, autoridades iniciarán las labores de vigilancia en puntos turísticos esta semana.

Hay que decirlo en 2022, el gobierno pagó el noviciado en el programa de trabajo durante el periodo de Semana Santa en San Carlos donde no pudieron controlar ni el tráfico ni la venta de cerveza en el bulevar ni los accidentes, por eso los próximos días serán cruciales para demostrar que aprendieron lecciones e implementarán acciones adecuadas en el rubro de protección civil y seguridad pública.

Para lograrlo han dispuesto de más personal de la Secretaría de Marina, Policía Estatal de Seguridad Pública y Guardia Nacional con cobertura por mar y tierra en Guaymas, Empalme y particular interés en San Carlos destino que enfrentó grave crisis de violencia el año pasado, de ahí que en esta ocasión el esfuerzo de las autoridades se concentre en recuperar la confianza de vacacionistas.

La tarea no es fácil pero tampoco imposible, basta con tener una buena planeación, establecer objetivos y metas claras alejadas de la ambición que hizo sucumbir a otros gobiernos generando desorden y riesgo por la indiscriminada entrega de permisos para alcohol, la tolerancia en horarios de antros y la corrupción de policías y militares que hoy están mucho más contenidos que en años anteriores.

Sin las malas prácticas que empañaron los operativos del pasado, sí van a poder reivindicarse con todo y que en San Carlos el control vial en vacaciones es difícil porque hay una sola avenida grande y es ahí donde el gobierno puede trabajar con un proyecto de construcción de una ruta alterna aprovechando la gran cantidad de fraccionamientos nuevos en el polo turístico y que si bien el costo es alto, también hay interés de inversionistas y de residentes.

Este año ya no se hizo pero en el futuro inmediato, se tendría que pensar en una carretera nueva que vendría a solucionar el problema de movilidad en el destino más bello y concurrido de Sonora.