Por esto llevará el antiguo estadio Sonora El nombre de Fernando Valenzuela A.

Por su gran historia dentro de Grande Ligas, Fernando Valenzuela es el sonorense mas destacado.

El Estadio Sonora llevará el nombre del legendario lanzador zurdo de Etchohuaquila que llenó de emociones jugando en las Grandes Ligas
Sin duda alguna, Fernando Valenzuela ha sido el mejor pelotero sonorense de la historia, pues no sólo maravilló al mundo del beisbol, sino que conmocionó al planeta entero lanzando para los Dodgers de Los Ángeles, dando paso a la única e inolvidable “Fernandomanía”, un fenómeno deportivo, cultural y social.
Por eso, muy merecidamente, el Estadio Sonora, ubicado en Hermosillo, llevará orgullosamente el nombre “Fernando Valenzuela”, haciéndole justicia al legado del zurdo sonorense, originario de Etchohuaquila, quien regaló emociones jamás imaginadas a las y los sonorenses y mexicanos.
El Estadio Sonora es uno de los mejores recintos para jugar beisbol en el país y en Latinoamérica y, al encontrarse en la capital del estado, es el más indicado para ser bautizado con el nombre del pelotero, porque el “Toro”, con su inigualable e histórica carrera en el “rey de los deportes”, representa para las y los sonorenses una imagen legendaria que trasciende fronteras.
De esa forma se brinda un merecido homenaje a quien siempre entregó lo máximo, arriba de la loma, en su etapa como lanzador profesional, en donde, además de lanzar en las Ligas Mayores, lo hizo en las dos Ligas Mexicanas de beisbol (del Pacífico y de Verano), acumulando una carrera de más de 20 años.
Entre los logros más sobresalientes de Fernando Valenzuela en las Grandes Ligas, destaca el año de ensueño de 1981, en el cual llevó a los Dodgers a ganar la Serie Mundial, asimismo obtuvo el Cy Young y el Novato del Año en la Liga Nacional, algo que nadie ha podido igualar en la historia de las Ligas Mayores; además, en 1986, se convirtió en el primer pitcher mexicano en ganar 20 juegos y, en 1990, tiró un juego sin hit ni carrera.
Dejó números de 173 ganados y 153 perdidos, que lo colocan como el pitcher mexicano con más triunfos en las Ligas Mayores. En febrero pasado, los Dodgers de Los Ángeles, con quienes vivió sus años gloriosos, anunciaron el retiro de su número 34 para la temporada 2023.
Era tal la euforia por ver en acción al zurdo en México, que, en su época célebre, en la década de los ochenta, cuando subía a la loma de los disparos, el país se paralizaba para seguir su actuación, ya fuera a través de la radio o la televisión.
Sus agallas y perseverancia, que lo llevaron a triunfar en el mejor beisbol del mundo, inspiró a toda una generación de mexicanos, incluyendo a miles de niños, quienes, al verlo jugar, decidieron practicar deporte, y algunos de ellos alcanzaron ese mismo sueño al volverse profesionales.
En fecha próxima habrá de celebrarse una ceremonia pública para nombrar oficialmente el estadio “Fernando Valenzuela”, en donde se contará con la presencia del lanzador conocido como el “Toro”, que tanto enalteció al deporte sonorense.
El beisbol de grandes ligas enfrentaba momentos difíciles cuando la llamada “Fernandomanía”, después de una temporada recortada por una huelga, los aficionados estaban dolidos y ciertamente alejados de los parques, pero la figura del indígena del mayo los hizo acercarse de nuevo a los estadios.
Pero además, abrió las puertas a las franquicias de grandes ligas al material latino, hasta llenar hoy de dominicanos, venezolanos, cubamos y borinqueños este gran beisbol, pero además, de otros países donde el Rey de los Deportes no tiene tanta aceptación.
Fernando es y será, otra cosa para el beisbol en el mundo.
Para los mexicanos, simple y sencillamente es referencia del mejor pelotero mexicano lanzador, de todos los tiempos en el beisbol de grandes ligas y con quien se inspiran miles de jóvenes prospectos de nuestro país, para soñar algún día, en pisar un escenario de ligas mayores.
Desde luego, hay los detractores que nunca están de más, hacia la enorme figura del gran pelotero.
“Que no hizo nada por su pueblo, Etchohuaquila, que ni siquiera un estadio decoroso para su pueblo”, cuando esa es responsabilidad de los gobiernos, no de un deportista.
Hizo, como deportista, lo que le correspondía; poner en alto el nombre de su país y de América Latina.