Los callejones del centro de la colonia Moderna

La primera definición de moderna en el diccionario de la real academia de la lengua española es perteneciente o relativo al tiempo de quien habla o a una época reciente. Otro significado de moderna en el diccionario es que en cualquier tiempo se ha considerado contrapuesto a lo clásico. Moderna es también dicho de una persona: que lleva poco tiempo ejerciendo un empleo.

Origen del callejón Abasolo y la nomenclatura de las casas, que tienen más de 110 años de historia.
Un dato interesante, que los callejones del traspatio no tienen nombres, por lo consiguiente adoptan el nombre de la calle inmediata, estos callejones se ubican en el primer cuadro de la ciudad, entre las calles Hidalgo y Morelos. El callejón de cercos de piquetes, al que depositaban la leche, el hielo y el pan, en cada puerta. Este conjunto de callejones fue modificado en la administración 1991-1994, encabezada por el Lic. Miguel Gaspar Bojórquez.
La vida en los callejones era interminable, repleto de juegos que concentraban al barrio durante las mañanas y tardes, para accionar la pelota con el fútbol, béisbol y voleibol, y los tradicionales como el “chinchileguas”, el “stop” y aquel “declaro la guerra a mi peor enemigo que es…”, a las canicas, el trompo, la pelota caliente, los paseos en bicicleta, las escondidas. Las piñatas y fiestas que cerraban el callejón (ni que salones, ni fiestas temáticas). Imposible olvidar aquellos pleitos en el callejón al término de la jornada escolar o cuando salían del cinema “Héroe de Nacozari”. Tengo presente a mi abuela y a doña Zelmira, tratando de separar a las damas tiradas en el suelo y agarrados de los cabellos y con la sangre caliente.
El callejón que recibía al carro de la cervecería modelo. El callejón testigo de las perradas amenizadas con la banda por el meritito gusto de celebrar la vida, la bancada o la jubilación de un ferrocarrilero. El callejón testigo mudo de abrazos, de amores clandestinos y vecinos pegados en las ventanas. El callejón que olía a chorizo con papas, a café tostado por las tardes, a tortillas de harina recién hechas, a leña, a tamales, menudo, a camaradería.


El callejón que recibía los frutos de los distintos árboles. ¡Se están robando los mangos!, era un grito común cuando un viandante arrancaba un mango. El callejón que supo de la agonía y muerte de mis abuelos. El callejón que nos vio partir en busca del futuro. El callejón que se alegra al recibir a los paisanos. El callejón comerciante y sus personajes: “el güero” que vendía naranjas arriba de la carreta; “don Jesús” que recogía los desperdicios de las comidas para su criadero de cerdos; Dora Luz Padilla” con su bote de mariscos y grabadora en mano, todos los días hablaba a la radio, la X.E.P.S., “La Güera” junta bota, primera recicladora en el barrio.
El callejón que nos unía en las esquinas para contar historias interminables. Los personajes del barrio: “El güero patón”, “El coreano”, “La loca Elvira”, “María la loca”, como olvidar el cántico: “María la loca, tiene la boca, llena de caca, para tu boca”.
El callejón donde habita la Familia Valenzuela, Rosalba Becerra, Milagros y Cecilia Pacheco, Ricardo Rivera y Marcela, Lulú Larrondo, Jorge y Paty Ahumada, Panchita Castro, Raymundo y Marucha, Raúl Santos, Álvaro y Maricruz, Familia Oceguera, Titina, Familia Moreno. Antes, mucho antes, llenaron de vida el callejón don Alejandro Vega, Jesús Carrillo, mis abuelos María y Carmelo Pacheco, don Claudio y doña Zelmira, don Alberto Garza, la Tere, la Carmelita y el Gerardo; don Roberto Santos, Belencita, “El Ticho”, entre otros que acuden en las noches llenas de esperanza y recuerdos.